4 oct 2011

Cortando la raíz por la energía de la fe


Ninguna raíz nace sin una semilla. Y ninguna semilla brota sin ser aceptada y mantenida en la buena tierra. La semilla tiene que ser plantada y recibida en la tierra. De allí es que viene la raíz.

Por lo tanto, hay una fuente y un receptor. La fuente es la semilla. El receptor es la tierra. El resultado es la raíz, que da luz al árbol y sus frutos.

Sin una fuente emisora y sin un receptor, no sucede nada.

La luz del sol sólo ilumina los planetas y las estrellas, pero el espacio en si es oscuro.
¿Por qué? Porque en él no hay un cuerpo receptor de la luz del sol. No quiere decir que no haya luz en el espacio. En verdad, la luz del sol alcanza toda la galaxia, pero sólo es vista cuando se refleja en algún cuerpo receptor.

Lo mismo sucede con la electricidad, las ondas de radio, la Internet, el teléfono, el viento, y todas las fuentes de energía y comunicación que existen. Para que ellas funcionen, es necesario un receptor.

Ahora mismo, usted sólo lee este texto porque el papel o la pantalla de la computadora le suministran una imagen con letras, y sus ojos la transmiten a su cerebro — quien es el receptor del mensaje y le da el entendimiento.

Si yo hablo, usted solo me oye, porque de mis cuerdas vocales es emitido un sonido; sus oídos lo oyen y transmiten a su cerebro — el cual es el receptor de mi voz, que le da el entendimiento de lo que significa.

Quiere decir, la energía existe en todo momento y en todo lugar, pero sólo produce efecto cuando hay una conexión entre emisor y receptor.

En el mundo espiritual no es diferente.
Y le diablo sabe eso. Infelizmente, él sabe bien como sembrar su semilla mala en los corazones humanos — los cuales, dígase de paso, son óptimos y fáciles receptores de todo lo que es malo, y normalmente resisten lo que es bueno.

Por eso, el diablo ha emitido todo tipo de energía negativa en dirección al ser humano. Él hace eso todo tiempo con usted, conmigo, con todos.

Sólo quien aprende a “desconectar el receptor” de la negatividad, y no recibir la energía negativa del mal, no es alcanzado por ella.

Pero si por un lado el mal emite sus ondas negativas, esperando que alguien las acepte, el Bien también ha difundido su energía positiva.

Y la fe es el receptor de la energía de Dios transmitida por medio de Su Palabra. Cuando Su Palabra es proferida, quien cree en ella (la recibe) es bendecido.

Vea que ejemplo maravilloso:
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. Lucas 17:5-6

Normalmente, se piensa que cuando una bendición no viene, cuando la oración no es respondida, es porque la fe fue pequeña. Eso es un engaño. El tamaño de la fe no afecta en nada. ¡Lo que afecta es si esa fe acepta la Palabra de Dios 100% o no!

Esa fe sin duda, 100% receptora de la Palabra de Dios, nos da la autoridad de decir a cualquier problema: “¡Sea arrancado por la raíz y se plante en el infierno!” — ¡y él va!
Por lo tanto, toda y cualquier raíz mala que existe en su vida puede ser cortada por medio de esa fe. Es esa energía de Dios que penetra donde el psicólogo no consigue, el remedio no alcanza y la inteligencia humana es insuficiente. ¡Ella es capaz de todo, pues todo es posible al que cree, al que recibe la Palabra de Dios, sin duda!

¡Ahora mismo, ahí donde usted está, puede recibir esa energía que yo le estoy pasando!
Publicado por: OBISPO EDIR MACEDO

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