Esteban, el discípulo lleno de fe
Después de la muerte y
resurrección de Jesús, el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos,
que comenzaron a evangelizar y hablar sobre todo lo que había ocurrido. Muchas
personas comenzaron a aceptar a Jesús como su Salvador, y con esto la iglesia
fue creciendo más y más. El trabajo de ellos discípulos también creció. Para
ayudarlos con tantos servicios, ellos decidieron hacer una elección y escoger
siete ayudantes.
Los escogidos no podían ser la
misma persona. Deberían ser de confianza e inteligentes, comportarse muy bien y
ser llenos del Espíritu Santo. Ellos serían responsables por cuidar de las
viudas, de las necesidades del templo, de los discípulos. Así, los discípulos
podrían continuar predicando la Palabra de Dios sin ninguna preocupación.
Cuando fueron escogidos los siete ayudantes, los discípulos oraron por ellos y
lo bendijeron. Uno de estos escogidos fue un hombre que se llamaba Esteban.
Esteban era exactamente como los discípulos estaban buscando.
Él tenía mucha fe y era muy usado
por Dios. Niños, después de ser escogido y tener la oportunidad de ayudar a los
discípulos, Esteban pasó por una situación muy difícil, pues el mal no quería
que él sirviera a Dios y usó algunas personas para intentar perjudicarlo.
Algunos religiosos comenzaron a discutir con Esteban. ¿Saben por qué? Aquellos
hombres querían un motivo para acusar Esteban, pero como no tenían, agarraron
algunas personas para mentir y hablar mal de Esteban. Las mentiras fueron
tantas, a punto que Esteban fue llevado para el tribunal para ser juzgado.
Pero se mantuvo fiel a Dios y no
tuvo miedo. Aun allí, continuó hablando Jesús con mucha fe. Amiguitos, los
religiosos se quedaron con mucho rabia, pero mucha, y llevaron Esteban para
fuera de la ciudad y comenzaron a tirarle piedras a él. Esteban en aquel
momento, no hizo nada. Podría haber reaccionado, pero, en vez de eso, se
arrodillo y pidió a Dios que perdonase la actitud de aquellos hombres y que
recibiese sus almas en el Cielo. Esteban demostró que era un siervo de verdad.
Existen muchos siervos de Dios que son como Esteban: llenos de fe, aman a Dios
primeramente y, mismo en los momentos difíciles, no se rinden; continúan
fieles.
Amiguitos, debemos siempre dar
buenos ejemplos y no tener miedo de hablar de Jesús para las personas. Esteban
se comportó como un buen evangelista, pues predicaba sobre el amor de Dios, sin
tener miedo que podría ocurrirle.
ACTIVIDADES
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