15 jul 2016

Cuidar el Corazón


ESFORZARSE PARA MEJORAR

Si usted se esfuerza para mejorar y le pide a Él ayuda en aquellas cosas que usted no logra cambiar
solo, puede tener certeza de que Él le responderá.
¿Recuerda que ya explicamos aquí en la Escuelita sobre el Nuevo Nacimiento? El Señor Jesús puede
y quiere trasformar su interior y hacer todo nuevo en su vida. Basta hacer una alianza con El,
entregando toda su vida y pidiéndole Nacer de Dios. Así, Usted será hijo de Dios.
El hizo al ser humano, entonces, todos somos criaturas de Dios. Pero solo somos hijos de El cuándo
nacemos del Espíritu. Por lo tanto, tendremos las características de Él, Como un hijo hereda las
características de su padre: alegría, paz, mansedumbre, autocontrol, bondad, paciencia, fidelidad,
benignidad, generosidad, misericordia, amor….
El hijo de Dios piensa en los demás, no miente, no es maldoso, no es rebelde, obedece y respeta
a los padres, a Dios y a sus profesores. Dentro de nosotros hay una consciencia que nos dice lo que
está bien y lo que está mal. El hijo de Dios escoge el mejor camino.
Cuando el corazón es transformado, no es difícil hablar para su madre “Te amo”, usted consigue
tener las mejores reacciones, aunque al inicio necesite esforzarse.
Si a sus amigos usted no les cae bien, le hacen bullying, lo critican, usted no hará lo mismo, porque
usted no es igual a ellos .al contrario, orara por ellos, porque, quien hace bullying, critica y es
maldoso es un niño infeliz que no tiene amor en casa, Y es una persona que necesita de oraciones
y necesita conocer el amor del Señor Jesús.
Tal vez Dios ha permitido ver el lado más feo de esa persona sólo para mostrarle lo mucho que el
necesita de la oración y de la salvación. No para usted criticarla, sino para orar por ella y ayudarla
cuando tenga la oportunidad. Demuestre que eres diferente.
Ah – usted piensa - pero la señora no sabe quién es mi compañero de clase. ¡Él es terrible! No
merece que yo ore por él o lo ayude. Amigo, ¿Quién merece ser ayudado en este mundo?
Ayudamos a los demás, no porque se lo merecen, sino porque es lo que hay que hacer. Es lo que
hace Dios.
El Señor Jesús dijo: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Para que seáis hijos
de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover
sobre justos e injustos.” (Mateo 5. 44,45).
Cualquier persona puede amar a quien al parecer lo merece, es muy fácil. Pero sólo los hijos de Dios
pueden amar a quien no lo merece. Nosotros no merecíamos que el Señor Jesús muriera en la cruz
por nosotros, pero Él así lo aceptó, comprendió y perdono nuestras fallas.
Cuando usted tenga el Espíritu Santo, podrá entender por qué su amigo es así, será capaz de mirar
con los ojos de Dios y ver cómo Dios lo ve. Va a ser comprensivo con su amigo, porque usted ha
recibido el entendimiento del Señor Jesús.
Quién tiene a Jesús no tiene ninguna dificultad en dar amor, en perdonar las ofensas, no guarda
rencor. Su amigo habló mal de usted, usted perdona no porque su amigo merece, sino porque
sabe que esto agrada a Dios. El hijo de Dios quiere tener un corazón que agrada a Dios, por lo tanto,
siempre toma las mejores decisiones, por lo cual tiene el mejor comportamiento.
Algunos niños son inquietos, nerviosos y hacen berrinche para cualquier cosa. ¿Eso es bonito? Por
más bonito que el niño (a) sea. Cuando hace estas cosas desagradables, ellos mismos se encargan
de borrar su belleza. Los niños que no logran expresarse y no saben cómo hacer amigos podrían
resolver estos problemas si confían en Dios y desarrollar esa belleza interior.











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