Había una vez una niña de 9 años que se llamaba Julia, que tenía un hermano de 10 años que se llamaba Jorge. Julia era muy creída y le gustaba de deshacerse de las personas, pues se creía mejor que todos. Jorge, era diferente de la hermana.
Doña Marcia y el señor Ricardo, los padres de ellos, habían aceptado Jesús ha poco tiempo y estaban felices en la casa de Dios. Pero, ni siempre fue así. Antes que ellos se convirtiesen había muchos problemas en aquella familia y, por eso, casi perdieron el empleo, los autos, la casa y, por falta de dinero para pagar las mensualidades, casi Julia y Jorge tuvieron que cambiarse de escuela.
Julia sabia de los problemas que la familia había enfrentado, pero continuada creída y orgullosa. La niña vivía diciendo que el padre era inteligente y por eso la familia de ella era bendecida, y pasaba el tiempo contando, para las niñas de la EBI, a respecto de las cosas lujosas que tenía en su casa.
Un día, en la hora del almuerzo, el señor Ricardo hizo una oración agradeciendo a Dios por la comida y por las bendiciones en sus vidas. A Julia le pareció diferente la actitud del padre, porque ellos no estaban acostumbrados a orar antes del almuerzo, pero eran nuevos convertidos. Entonces ella dijo:
- Papá, usted fue al mercado con mamá, hizo las compras y pagó con su dinero, mamá preparó la comida, ¿entonces porque nosotros debemos orar agradeciendo a Dios?
- Hija mía, ¡nunca más digas eso! Respondió el señor Ricardo. Todo lo que tenemos fue Dios que nos dio, y no permitió que perdiésemos nada, por eso debemos agradecerlo a Él siempre. Dios es todo para nosotros, y debemos agradecer por la salud, por la comida, por todo que tenemos, enseño el papa de Julia. La niña se quedó muy avergonzada.
CONCLUSION:
Julia no sabía como Dios era importante para nosotros y comenzó a cambiar a partir de aquel día. Niños, es maravilloso alabar y agradecer a Dios y, actuando así, Lo dejamos muy feliz, pues reconocemos que Él es todo en nuestra vida. En la Palabra de Dios está escrito: “¡Cuán bueno, SEÑOR, es darte gracias..!”. Por eso, si ustedes no estaban acostumbrados a agradecer a Dios, entonces agradezcan todos los días.
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