Después de oír y guardar la palabra los niños harán una bella manualidad.
¿A quien no le gusta un regalo, verdad?
Los niños aprenden mucho viendo y aman cortar, pegar,
colorear y hacer actividades divertidas. Al oír la palabra, aprendieron que la Mujer Sunamita se preocupó con un siervo de Dios.
Hacer 3 grupos, entregar tijeras, papeles coloridos, pega y varias frutitas.
Preparar una bandeja.
Los niños juntos cortaran ojitos, bocas, viseras, falditas, todo lo que pueda dejar a las frutas como muestra la foto. La Educadora prepara la banderita donde los niños escribirán sus nombres y entregaran las frutitas a nuestro querido pastor.
Espero que les guste la idea y muchas bendiciones a todas las Educadoras.
LAS FRUTAS ESTÁN MUY GRACIOSAS ¿NO LES PARECE?
Colaboración EBI León
Colaboración EBI Chinandega
Colaboración EBI Masaya
Colaboración EBI La Fuente
Colaboración EBI Bello Horizonte
UNIDAD 4
LA SUNAMITA
VIVÍA EN la ciudad de Sunem una
mujer muy rica. Un día pasó cerquita de su casa un profeta llamado Eliseo. Los
profetas eran hombres que hablaban de las cosas de Dios. Ellos iban de ciudad
en ciudad para enseñar a las personas sobre la voluntad divina.
Al ver el profeta, aquella mujer
sunamita lo invitó para entrar en su casa y le dio comida. Cuando Eliseo se
fue, ella habló para su esposo, que iría preparar un cuarto, con una cama, una
silla y un candelabro, para que cuando el hombre de Dios volviera aquella
ciudad, tuviera adonde descansar. Y así ella lo hizo. Que mujer buena, ¿es
verdad niños? Debemos ser como esta mujer, pues cuando hacemos algo por los
siervos de Dios estamos haciendo para el propio Dios.
Siempre que él iba aquella ciudad,
Eliseo descansaba en la casa de la sunamita. El pidió a su ayudante para
preguntar a la mujer que él podría hacer por ella. Giezi platico con ella, y
ella dijo que no necesitaba de nada.
Giezi llevo para Eliseo la
respuesta de la sunamita, pero el profeta insistió en bendecir aquella mujer de
alguna manera. Fue ahí que Giezi dijo a Eliseo que ella no tenía hijos.
Niños, aquella mujer era casada y
muy rica. No podría impedirle de tener un hijo si no fuera el problema de
salud, ¿es verdad? Pero ella iba a tener una gran sorpresa, pues algo muy bueno
ocurriría. Eliseo llamo la sunamita y dijo para ella, que en el siguiente ano
ella estaría cargando un hijo. La sunamita quedo muy sorprendida con aquella
noticia y pensó que el profeta Eliseo estaba jugando con ella, pues ya no tenía
esperanza de ser madre.
Algún tiempo después, aconteció
exactamente lo que dijo el profeta. La sunamita quedo embarazada y tuvo su
bebe. Ahora sí, su familia estaba completa.
CONCLUSIÓN
Dios bendijo aquella mujer
tornándola en una madre, porque ella se preocupo con un siervo de Dios. Si
Eliseo quedo agradecido y feliz por tan gran bondad, mucho más Dios queda
cuando servimos a Él de todo el corazón. Dios siempre bendice aquellas personas
que le sirven de todo el corazón y con alegría.
Parabéns á todas que colaboraram, em especial á minha irmã Rosi, da Ebi chinandega.
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