Saulo era un hombre que le
gustaba perseguir a los cristianos, porque no creía en Jesús. Él entraba de
casa en casa, arrastraba hombres y mujeres y los encarcelaba solo por ser
seguidores de Jesús. ¿Era muy malo Saulo, no es así? tomo la autorización para
encarcelar a esos cristianos de una vez por todas. Cuando iba en medio del
camino, una fuerte luz ilumino sus ojos al punto de hacerlo caer del caballo en
el cual iba montado. De pronto el oyó una voz diciendo: cuando el perseguía a
un cristiano, estaba persiguiéndolo a Él mismo. Ah! Qué gran susto se debió
haber llevado Saulo al oír aquellas palabras.
En aquel momento, niños, Saulo
entendió que Jesús era el único Camino para la salvación y Lo acepto de todo
corazón. La luz en los ojos de Saulo fue tan fuerte que él no podía ver nada y
se quedo ciego por tres días. ¿Pero saben que fue lo más importante de todo
eso? Saulo fue trasformado por el poder de Dios. Los amigos de Saulo lo tomaron
por las manos y lo llevaron para la ciudad de Damasco. Jesús hablo con Ananías,
uno de sus discípulos, para que fuera a casa de Judas al encuentro de Saulo y
lo curara de la vista.
Saben niños, Ananías, se quedo un
poco asustado, pues sabía de todas las cosas malas que el había hecho a los
cristianos, pero el Señor Jesús le explico a él que Saulo ahora era un nuevo
hombre, totalmente trasformado, y que sería usado por Dios para predicar la
Palabra de Dios. Saulo, un gran perseguidor de los cristianos, ahora amaba y
deseaba hacerla voluntad de Dios. Jesús había trasformado totalmente su vida.
Después que Ananías se fue, Saulo se dio prisa para hablar de Jesús a las otras
personas. Por causa de esto, él también comenzó a ser perseguido y tuvo que
huir de la ciudad, bajo el muro dentro de una canasta, pero él lo hizo con
mucha alegría.
Cuando entregamos nuestra vida para Jesús somos
totalmente transformados y nos volvemos hijos de Dios. Jesús transformo el
corazón de Saulo, y él dejo de ser perseguidor y paso a ser perseguido por amor
a Jesús. Después que se convirtió, Saulo entendió porque lo cristianos
insistían tanto en hablar de Jesús, sin miedo: porque ellos tenían la alegría
de la salvación y habían sido transformados. Tenían una vida nueva y querían
que otras personas la tuvieran también.
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