20 abr 2016

Omnipresente - Omnisciente - Omnipotente

Dios está a tu lado y quiere hacerte una persona mejor.

Versículo clave: "Los ojos del Señor están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos" Proverbios 15:3
                                                   

Bernabé y Ananías (Hechos 4 :36 - Hechos 5: 1-10)

La Biblia menciona dos hombres que tomaron la misma actitud, sin embargo, la intención de sus corazones era completamente diferente.
José, llamado por los discípulos como Bernabé (que significa hijo de exhortación), levita, natural de la ciudad de Chipre, vendió el campo que poseía y depositó el valor de la venta a los pies de los apóstoles. La Biblia no cita si Bernabé había prometido tal ofrenda, aun así ofrendó, dándonos la idea de que lo hizo espontáneamente, el eligió ser agradable para Dios.
Ananías, el otro hombre, también vendió una propiedad, “...y, con el consentimiento de ella, sustrajo algo del dinero que recibió; así que llevó sólo una parte y la entregó a los apóstoles” (Hechos 5.2). Entendemos en este versículo que Ananías y Safira, su esposa, habían prometido todo el valor de la propiedad, pero no lo hicieron, engañándose así mismos, pues ellos pensaron que podrían mentir para Dios.
niños, sepa que podemos escondernos del hombre por un tiempo pero siempre estaremos visibles a los ojos Divinos. El problema de aquella pareja no fue la oferta que no dieron, pero el voto con Dios que rompieron.
Ananías no fue obligado a vender el campo y mucho menos a donar el dinero, como lo exhortó Pedro: “¿Acaso el terreno no era tuyo? Y, si lo vendías, ¿acaso no era tuyo el dinero? ¿Por qué decidiste hacer esto? No les has mentido a los hombres, sino a Dios”. (Hechos 5.4). En el mismo instante Ananías cayó muerto y Pedro mandó algunos hombres a sepultarlo.
Tres horas después, sin saber lo que había ocurrido, Safira llegó hasta Pedro quien le preguntó por cuanto ella y su marido habían vendido el campo. Por haber hecho un acuerdo con el marido, Safira confirmó la mentira, y fue avisada por Pedro, de la muerte de Ananías. Al recibir la noticia, ella también cayó muerta como él.
Safira tuvo la oportunidad de arrepentirse y hablar la verdad. Si en aquel momento hubiese confesado y pedido perdón por su error, ciertamente tendría una oportunidad y sería perdonada. Al mentir, Safira “escribió” su propia sentencia de muerte. 

Concluyendo:

Ananías y Safira hicieron lo errado y creyeron que esconderían su pecado delante de los ojos de Dios,  siguieron su propio camino cometiendo tres grandes errores: hicieron un voto precipitado prometiendo lo que no darían; pensaron que estaban engañando al Espíritu Santo, y mintieron para el siervo de Dios. Nunca debemos olvidarnos de que Dios ve todo, por más oculto que esté un sentimiento, un deseo o una mentira, en algún momento será descubierto. Aunque la persona quiera fingir, llegará un momento en que ella verdaderamente mostrará quien es. Nosotros podemos ser mejor para Dios pero la elección es de nosotros.




1 comentarios:

  1. El ejemplo de ananias y safira nos deja en claro que cuando hacemos un voto con Dios es importante cumplirlo ya que a Dios nadie lo puede engañar y el sabe la intencion que esta dentro de nosotros. Una historia para reflexionar y meditar.....

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