Al despertar, debemos presentar a Dios nuestro día para que todo nos valla bien. Al entregar nuestro día en las manos de Dios
confiamos que todo lo que vaya a acontecer será lo mejor para nosotros.
Al caer la noche, debemos agradecer por el día maravilloso que Dios nos proporcionó. A veces el día ni siempre puede haber sido
bueno, pero la gente no tiene noción de los problemas de que Dios nos ha liberado.
Ese debe ser nuestro compromiso antes de irnos para la cama, pues si conseguimos llegar hasta Él, tuvimos una oportunidad
exclusiva que Él permitió. Ese es nuestro pan de cada día, y hablar con Dios es oír su dulce voz.
Antes de cada alimento, debemos agradecer por la comida que recibimos y pedirle a Dios porque nunca nos deje faltar el
alimento en nuestra casa. Muchas personas no tienen nada para comer porque el espíritu de la miseria entro en la vida de ellos.
Dios no es Dios de miseria el promete que comeremos lo mejor.
Entonces si en su casa usted no encuentra comida usted puede indignarse en contra del espíritu de la miseria y unirse al
pensamiento de Dios para apartar la miseria de su vida. Puede tener la certeza de que si usted reacciono en oración en el nombre
de Jesús creyendo en lo que usted está hablando ese espíritu maligno ira a salir y en poco tiempo su familia se va a recuperar.
No se dé por vencido, el diablo es como un piojo. ¿Usted ya tuvo un piojo? Cuando usted quiere sacar el piojo ni siempre sale todo
en la primera vez que usted se coloca el remedio. Tiene que insistir, insistir, hasta que el salga. Quien resiste más es el que va a
vencer.
Nadie va a ser perezosos para deshacerse de los piojos porque nadie quiere ser picado por los piojos para siempre, ¿verdad? A
pesar de ello nadie va a renunciar a la lucha contra el diablo y los demonios.
No tenga miedo del diablo, si usted tiene una buena relación con Dios, tiene autoridad para luchar contra el diablo. Es normal
que el mal intente asustar a las personas, pero Dios es mucho más fuerte, por eso tenemos que estar junto a Él.
Dios es un amigo muy cercano, muy allegado a nosotros, es un amigo muy especial que usted tiene. Usted no deja de hablar con
un amigo especial ¿sí o no?, por eso debe hacer la oración y tenerla como un hábito diario.
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