De: Señor Jesús
Para: Los siervos
Pequeños errores, grandes dudas.
Es así que trabaja el mal.
Él ha usado pequeñeces y las ha transformado en pecados casi imperdonables.
Y martilla la cabeza de la víctima todo el tiempo, en especial cuando se busca a Dios.
Usted no merece al Espíritu Santo;
Usted pecó;
Usted erró;
Usted falló;
Usted se enojó;
Usted se masturbó;
Usted no soportó;
Usted cayó en la carne;
Usted interrumpió el ayuno;
Usted finge;
Usted Lo quiere, pero piensa siempre en su novio;
Usted mintió;
Usted adulteró;
Sus pensamientos están sucios;
Usted hizo tantas cosas malas
y ahora quiere dárselas de santita;
Usted esto, usted aquello, usted, usted…
Por otro lado, Quien bautiza con el Espíritu Santo dice:
Yo ya pagué el precio por su libertad.
Si usted cree en Mí, su problema ahora es Mío. Su vida es Mía.
Delante de Mi Padre usted está limpia, lavada y purificada por Mi sangre.
¿Usted cree en esto?
Entonces, no escuche a nadie, ¡mucho menos al diablo!
Yo soy quien da el Espíritu Santo.
Solamente escuche Mi Voz y crea.
“… habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.” 1 Corintios 6:20
“… fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres…” 1 Corintios 7:23
… Ni del diablo!
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