Después de algún tiempo el rey de Babilonia paso a ser Darío, un nombre algo extraño pero así se llamaba el nuevo rey, el escogió a Daniel y dos hombre más para que fueran ministros de su reino, pero como Daniel hacia todo muy bien el rey decidió ponerlo como jefe de todos. Hum! Eso le causo mucha envidia a los otros dos que empezaron a buscar algún error en Daniel para perjudicarlo, ¡eso es algo muy feo! Nunca hagan eso niños, porque desagrada mucho a Dios, ellos vieron que no había nada para acusar a Daniel en su trabajo, pero sabían que él era fiel a su Dios y oraba tres veces al día, saben que hicieron, ellos le pidieron al rey que creara una ley en la cual durante un mes fuera prohibido orar a cualquier dios y todo y cualquier pedido debería ser hecho únicamente al rey.
El rey sin saber las intenciones de los dos, le pareció que la idea era buena y mando a que se divulgara la ley estableciendo que quien desobedeciera seria lanzado en la cueva de los leones, aun sabiendo de la ley Daniel continuaba orando y dando gracias a Dios tres veces al día con la ventana de su casa abierta, cuando los envidiosos vieron a Daniel orando, corrieron al rey obligarlo a cumplir la ley, lanzando a Daniel a la cueva de los leones hambrientos, ah niños! Solamente en ese momento el rey se dio cuenta de la maldad de aquellos hombres, el se puso muy triste porque Daniel le caía bien al rey pero no podía hacer nada pues la orden del rey no podía ser desecha. Bum! Los hombre lanzaron a Daniel a la cueva de los leones, y el rey con el corazón muy triste solo pudo decir: ¡Que su Dios, a quien usted sirve Daniel lo libre!
Al día siguiente bien temprano el rey fue corriendo a la cueva y llamo a Daniel, y para su sorpresa, allá estaba el sentadito con los leones que estaban tan quieticos que parecían gatitos y Daniel le dijo: rey, mi Dios me envió su ángel y cerro la boca de los leones y estoy vivo, el rey Darío se puso muy feliz y mando a sacar inmediatamente a Daniel de la cueva y ordeno que lanzaran allí a aquellos hombres que habían acusado a Daniel.
Conclusión: Aprendemos con Daniel que debemos orar todos los días y confiar que Dios oirá y responderá nuestras oraciones, orar y conversar con Dios, podemos decirle a Él lo que nos está entristeciendo y preocupando, solamente Él es poderoso para librarnos de todos nuestros problemas, cuando pasamos por dificultades así como Daniel en la cueva de los leones necesitamos insistir en la oración pues el Señor es poderoso para librarnos de todos nuestros temores y preocupaciones, amén niños!
ACTIVIDADES
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