Juan el Bautista dijo a sus discípulos:
“Yo a la verdad los he bautizado con agua;
pero él os
bautizará con Espíritu Santo”.
(Marcos 1.8)
El niño y el adolescente que desea ser bautizado con el
Espíritu Santo debe tomar posesión de esta promesa pensando lo siguiente: Sí el
Señor Jesús está vivo como he creído, ¡Entonces esta es mi oportunidad de
recibir el sello de Dios! Él no va a dejar de cumplir su Palabra.
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